EPAM descarta contaminación de aguas residuales oxidadas

El agua de color rojizo, que desciende al mar por uno de los cauces fluviales que atraviesan la ciudad, no contamina el ambiente según el especialista de la Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM).

Paúl Macías, jefe del área de Medio Ambiente de la EPAM, explicó que esa agua sale de las lagunas de oxidación y su color rojizo es producido por la excesiva presencia de bacterias sulfurosas, que predominan sobre otros organismos que proliferan en las aguas residuales, pero no tienen un impacto contaminante al no generar malos olores.

 

Añadió que esas aguas no generan ningún daño a los ecosistemas ni a ninguna forma de vida marina.

 

Además dijo que aquella agua es sometida a permanentes análisis

por el Grupo Químico Marco, laboratorio autorizado por el Servicio

Ecuatoriano de Acreditación, cuyo último análisis certifica que

mantienen los parámetros establecidos por la ley, por lo que el

Ministerio de Medio Ambiente no ha hecho ninguna observación

al respecto.

 

Macías precisó que las aguas residuales, dependiendo de su composición y concentración, pueden contener gran cantidad de organismos, como bacterias, virus, algas, protozoos, etc. Existen, dijo, dos tipos de bacterias que oxidan compuestos sulfurosos.

 

En el primero están las bacterias incoloras  que utilizan el oxígeno molecular como aceptador de electrones. Son poco comunes en lagunas de estabilización y, en caso de encontrarlas, su ambiente óptimo es la capa superficial de la laguna.

 

El segundo grupo son las bacterias fotosintéticas del azufre -estrictamente anaeróbicas- que utilizan luz solar y sulfuros, así como CO2 como aceptador de hidrógeno. Estas son las que imponen un color rojizo al agua.

 

Precisamente, indicó el funcionario, existe en la actualidad una

sobrepoblación de bacterias sulfurosas, que se generan por el

proceso de pesquería que hay en la ciudad y cuyas aguas

llegan a las lagunas de oxidación.

 

El papel que desempeñan las bacterias en los procesos de descomposición y estabilización de la materia orgánica, tanto en el ámbito natural como en las plantas de tratamiento de aguas residuales, es amplio y de gran importancia cuando sus niveles son aceptables.

 

En el sostenimiento de estos organismos influyen también la temperatura y el pH, puesto que cada organismo requiere determinados valores de estos parámetros para desarrollarse.

 

FUENTE:

Boletín informativo firmado por el periodista Pedro Clotario Cedeño, director de Comunicación Social de la EPAM.- Manta, 14 de mayo de 2015.


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