Alegrando la vida de discapacitados y adultos mayores vulnerables

Nixon Vinces Morales y Walter Santana compartieron el mismo escenario musical. Guitarra en mano, hicieron lo que más les gusta: entonar música y cantar. Pero lo más interesante de este caso no es solo eso, sino el hecho de expresarse con alegría pese a su condición de discapacitados intelectuales, alegrando a la vez a otras personas también discapacitadas.

Fiestas familiar para discapacitados y adultos mayores en situación de vulnerabilidad. Montecristi, Ecuador.
Reunidos para cruzar ideas, autoayudarse y levantar el ánimo.

Ocurrió hace poco en el Cantón Montecristi, en una zona llamada Tierra Santa. En ese momento no había precisamente un espectáculo para diversión pública, sino un acto social para levantar el ánimo y la autoestima de algunas personas con discapacidad.


Es una de las maneras cómo el proyecto municipal de Gerontología y Discapacidad, siguiendo directrices y con el apoyo del Ministerio de Inclusión Económica y Social (Mies), estimula a las personas generalmente excluidas de los acontecimientos sociales. Igual que en este caso, también las hace participar en programas con otras distracciones, como expresarse artísticamente a través de la pintura, el teatro, la música y la danza.


Lo que se hizo en Tierra Santa se replicó luego, durante el mismo día, en la Parroquia Leónidas Proaño, donde participaron personas con discapacidad y adultos mayores, tomando en cuenta que una parte de este programa social ha sido ideada y proyectada con el objetivo de fomentar el envejecimiento activo.


Lilibeth Franco, coordinadora del proyecto municipal, anunció que estos actos continuarán desarrollándose luego en otros lugares del cantón.


El testimonio de Geoconda Mendoza, habitante de Tierra Santa, revela cuánta importancia reviste para sus actores este tipo de actividades comunitarias. A ella, en lo personal, le han ayudado mucho, especialmente porque es madre soltera y tiene a su cargo cuatro hijos, tres de ellos con discapacidad intelectual. Su situación no ha sido fácil, pero con paciencia y amor ha podido salir adelante, confesó.


Este servicio municipal va al encuentro con los beneficiarios y por eso hubo que poner señales visibles en las fachadas de las casas donde viven, para que los trabajadores sociales puedan visitarlas con la frecuencia requerida. Alrededor de 272 señales identifican las viviendas de adultos mayores y 175 las que ocupan personas con discapacidad.

 

FUENTE:

Dirección de Comunicación Social del GAD cantonal de Montecristi, mediante boletín informativo y fotos con firma de su directora, periodista Sofía Paredes Rivera. MANTA, 11 de agosto de 2015.